«Hay que pensar que no todas las puertas están cerradas», entrevista a Marisa de Lucas Garrido

Marisa de Lucas es una artista muchas veces galardonada y todo un ejemplo del amor de una madre por su hijo…

Hija y hermana de periodistas, Marisa empezó estudiando Ciencias de la Información, pero finalmente, ella eligió el Arte. Dio comienzo, así, una carrera en la que ha recibido grandes premios: como la Medalla de Oro a las Artes Plásticas en el Estado de Baviera y otros tantos primeros premios en competiciones de cerámica y esculturas en Toledo, Barcelona, Madrid, Castellón y Castilla-León… Marisa también ha expuesto por todo el mundo: en Madrid, Barcelona, Múnich, Bruselas, Nueva York, Mónaco y elaborado murales y obras para empresas y particulares.

Tras el nacimiento de su hijo y la muerte de su marido, se ha dedicado a compaginar su vida artística, que es su pasión, con el turismo, la fuente de ingresos necesaria, para darle todo a su hijo y más. Fruto de esa entrega desmedida, ahora Marisa puede decir orgullosa que él es chef en los célebres hoteles Carlton y Majestic de Cannes, y parece que esto no es más que el principio…

Marisa, qué éxito lo de tu hijo…

La Bomba del Mundo. Bronce y aluminio. 2014
La Bomba del Mundo. Bronce y aluminio. 2014

Marisa: Yo siempre le he dicho: «Tú tienes que ir arriba, porque para bajar siempre tienes tiempo. Tienes que llegar a lo máximo de ti. Que ahora eres joven, tienes la energía y la fuerza para hacerlo. ¿Que vivimos con menos dinero? No importa, lo importante es que te formes y tengas la seguridad de que puedes progresar en tu carrera.» Me gusta pensar que no todas las puertas están cerradas. Que siempre hay un rincón por el que puedes entrar y luego se te abre una gran puerta.

¿Se lo dices por experiencia propia?

M: Sí, esto me ha pasado en el arte. Yo empecé con el tema de la cerámica. Soy especialista en el reflejo hispano-árabe. En el color árabe, pero desarrollado con las últimas tecnologías. Osea lo que me ha apasionado siempre es la cerámica en reducción, es decir, cocida sin oxígeno, que es como reviven los elementos en su estado natural.

Y tengo experiencia de tocar en muchas puertas… Por ejemplo, cuando empecé no había nadie que investigara sobre el reflejo árabe. Entonces, me fui a Valencia, que fue el último reducto donde los árabes dejaron su huella, y donde todavía se sigue haciendo, y me dijeron: «No, no, es imposible, esto es una herencia que pasa de padres a hijos».  Es como en la perfumería: son recetas secretas que no te las dan. Y un día, de casualidad, me llama un señor, que estaba buscando alguien que le torneara. Resulta que este químico se dedicaba precisamente a estudiar el mismo tema, así que estuvimos trabajando cuatro años, hasta que murió. Pero, durante ese tiempo, conseguimos llevar la cerámica a un nivel importante.

¿Y luego?

M: Más tarde, por otros motivos, como el nacimiento de mi hijo, dejé el taller. Dejé la cerámica un poco de lado, y me dediqué a la piedra, a la resina de poliéster y otros materiales, porque no tenía medios. Al mismo tiempo que trabajaba en el turismo, porque vivir del Arte sólo es muy complicado.

Háblanos de tus trabajos artísticos…

M: Mira en este portafolio. Esto es en la sede de los que era CAMPSA. Realicé, en la entrada, el mural más grande de cerámica hispano-árabe. También, hice varias obras para la baronesa Thyssen, en la Moraleja, un palomar enorme de cerámica, unas columnas en la terraza… y, como te digo, luego he trabajado con todo tipo de materiales.

Petrol-chip. CAMPSA. Madrid. 1989

Me dijiste que hace 5 años que vives en Cannes…

M: Sí, desde finales de 2010. Y vine, sobre todo, por mi hijo, porque en España, en un pueblo de Madrid, que era donde vivíamos, yo sabía que no había futuro para él, ni para ningún joven. De hecho, todos sus amigos se habían ido. Y entonces él es cuando me dice: «Si a mí lo que realmente me apasiona es la cocina», y yo le dije: «pues para adelante»…

Y una vez aquí, en la Costa Azul, ¿has expuesto?

M: He expuesto en Valbonne, en Cannes, en el Art Mónaco, en una galería en Saint-Maxime, tengo dos obras de esculturas en el Beddintong Art, que es un jardín de esculturas en el Var… En Mougins, también expuse hace dos años y ahora voy a hacer otra en Beaulieu-sur Mer. Pero tengo muchas obras todavía que quiero terminar de vender, sobre todo, para no llevármelas el año que viene.

Marisa de Lucas
Marisa de Lucas

¿Cómo es la vida de un artista en la Costa Azul?

M: Aquí todo es muy complicado. Para exponerte en las galerías de arte y en las ferias, tienes que pagar y pagar mucho. Nadie te subvenciona. Para tener ayudas, tienes que tener un nombre, y aquí, aunque yo tenga un buen currículo, nadie me conoce. Cuando vine aquí, me hice todas las galerías y ninguno me ofreció hacer una exposición. En Vallauris, hay un chico que cuando vio mis rojos se quedó alucinado, porque claro, mi cerámica es de investigación, cosa que aquí no se hace; en parte, porque los minerales cancerígenos están prohibidos en Francia.

¿Qué podemos encontrar en las galerías de la región?

M: Pues fíjate lo que se vende: perros, rinocerontes… al menos, eso es lo que veo en Cannes. Yo me presenté en una galería muy buena rusa que hay en Saint-Paul de Vence. Entro y me dice uno: «No, no. Nosotros ya no cogemos más artistas, que ya tenemos muchos».  Y de repente dice otro que estaba por allí dentro: «A ver, déjame ver tu obra…» Era ruso. El dueño. Y cuando vio los trabajos dijo: «Lo que haces es muy bueno. Esto es arte, y nosotros lo que vendemos es arte de segunda categoría para los americanos. Tienes que ir a París». Así que claro, cuando pueda, es a París adonde iré, que es en donde se hace investigación.

¿Y quieres volver a España?

M: Sí, estoy deseando volver a España. Primero, porque tengo a mi madre que es muy mayor. Y ahora que mi hijo ya es independiente, a mí me hace falta el ambiente social de España. Ya sabes cómo es allí: vas a cualquier sitio y enseguida haces amistades… es muy diferente. Yo siento que mi misión aquí, que era sacar a mi hijo adelante, ya ha terminado. Y ahora me toca volver a dedicarme plenamente al arte y volver a promocionarme… Y bueno, lo del arte hay que tomárselo así, con tranquilidad.


Otros trabajos de Marisa de Lucas…

El poder del dinero - 1990.
El poder del dinero – 1990.
Huella - 2013.
Huella – 2013.
Las Tres Gracias - 2002.
Las Tres Gracias – 2002.
Oceanos siderales I - 2011.
Oceanos siderales I – 2011.

Descarga: Marisa de Lucas, trayectoria y obras

María Pérez

Editora de Costa Azul Digital. Periodista española, enamorada de la vida y amante de los viajes. Puedes encontrarme en Twitter y en Facebook.

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