Carnaval de Barranquilla en Niza
Los alumnos del Colegio Internacional Lafayette de Niza disfrutaron de una demostración del Carnaval de Barranquilla.
Son las 9 de la mañana del 20 de febrero de 2015. Último día lectivo antes de las vacaciones de invierno en el Colegio Internacional de Lafayette. Un ambiente festivo se respira en el ambiente. Hoy no hay clases. Por los pasillos, las paredes lucen sus mejores y más coloridas galas, para recibir a los bailarines profesionales que, con sus trajes, danzas y testimonios transportarán a los jóvenes hasta la localidad colombiana de Barranquilla, donde se celebra el segundo carnaval más importante de Latinoamérica, después de los de Río de Janeiro.
Pero antes, los primeros invitados a esta jornada especial ya están manos a la obra. La profesora de español del Colegio, Eliza Hernández, nos conduce hasta unas salas de la primera planta, de donde procede un alegre bullicio.
Por el camino, nos cruzamos leones, sevillanas, mexicanos, numerosas monjas, videntes, payasos, princesas, indias y hippies… Algunos ya están listos, otros esperan su turno para maquillarse. Nos colamos entre bastidores y nos encontramos con una veintena de alumnas de la escuela Gontard Elegance en pleno proceso de creación. Una brocha por aquí, un poco más de rojo por allá… Para la fiesta, todo el mundo quiere iluminarse el rostro con motivos coloridos, a juego con su disfraz.
Mientras, nos damos cuenta de que el cuchicheo en los pasillos llega en diversos idiomas: inglés, francés, español… y es que los alumnos de este colegio-instituto proceden de horizontes diferentes. Hablamos, por ejemplo, con Nicolás, vestido con los hábitos de una religiosa. De origen suizo, el joven de 17 años nos cuenta su experiencia en Argentina, país en el que vivió durante los últimos cuatro años, y del que conserva su característico acento:
La gente y la cultura de allá es muy diferente a la de Europa. Por ejemplo, no les molesta esperar. Tienen que esperar durante mucho tiempo por todo, y eso no les afecta. Son mucho más pacientes.
A su lado se encuentra Felicia. Con 17 años, ya tiene claro que lo suyo son los idiomas. Moldava asentada en Niza, desde hace cuatro años, también ella nos habla con un nivel de español fluido, con un deje particular que ha adquirido de una forma especial:
Mi sueño es vivir en México o en un país hispanohablante, porque me encanta el español. Lo hablo desde chiquita. Lo aprendí viendo las telenovelas que pasaban por la tele, que me gustan mucho y con los años seguí practicando el idioma y pues… acá estoy.
Cuando les preguntamos sobre el Carnaval, Nicolas y Felicia coinciden en que, según lo que han aprendido, es una celebración de disfraces con mucho colorido, pero, para ellos, que nunca han asistido a uno en persona, ésta será la primera vez que tienen la oportunidad de conocer de cerca esta fiesta tan popular en los países hispánicos y latinos.
Otro de los alumnos con los que charlamos se llama Luis Eduardo. De catorce años de edad, este nizardo de madre dominicana, tienen una visión del Carnaval un poco más amplia:
Es una celebración con muchas personas contentas, muchos colores, flores, y música. He estado varias veces en el Carnaval de Niza y es eso: hay muchas flores, el último día queman al Rey… En general, hay muchas personas y es muy chulo.
Estos jóvenes, juntos con sus compañeros, han estado trabajando las últimas semanas sobre Colombia y el Carnaval de Barranquilla y sus paredes son una muestra de ello. En todas la plantas, encontramos armoniosos murales dedicados a distintos aspectos del país americano: desde la geografía y la política hasta la gastronomía y las fiestas.
Son las diez. Enseguida llegan los bailarines profesionales: los colombianos Marisol Rodríguez y Julio Libreros, que forman parte de la Asociación Colombie Côte d’Azur, acompañados de una de sus fundadoras, Graciela Hernández, y de la actual presidenta, Sara Villiers. Mientras se preparan, toca reagrupar a los adolescentes, ahora sí, disfrazados y maquillados como se debe para el Carnaval.
El Carnaval de Barranquilla
Al ritmo de una cumbia de Carlos Vives, la sala se va llenando de jóvenes y adultos. El Carnaval de Barranquilla en Niza está a punto de ser inaugurado. Pronto, aparecen Marisol y Julio. Ella, ataviada con un magnífico traje blanco inmaculado y un cuidadoso tocado a juego; él, con una camisa verde fluorescente y la bandera de Colombia agitada con maestría mientras suena Joselito Carnaval. Las ganas de sumarse al baile ya se respira en el ambiente.
Graciela Hernández enseñando a bailar la cumbiaY la oportunidad llega unos instantes más tarde, cuando Graciela Hernández muestra a los alumnos y profesores cómo son los pasos básicos de la cumbia.
En un intermedio, Graciela, originaria de Barranquilla, nos cuenta más sobre la cultura de esta localidad y su carnaval:
Allá todo el mundo nace bailando. Los Carnavales son muy diferentes a los de aquí. Son cuatros días sin trabajar: sólo bailar y cantar. La costa caribeña tiene un gran influencia africana, por eso la música es diferente de las de los Andes, que es más india.
La música es uno de los elementos clave de esta fiesta. Una fiesta que recibe una mezcla de influencias africana, indígena, y europea- visible en los trajes típicos de las mujeres. El folclore, la espontaneidad, la participación multitudinaria y el jolgorio que se vive durante estos días agrupan, cada año, a más de un millón de personas. No es por nada que el Carnaval de Barranquilla es reconocido por la UNESCO como bien inmaterial en los Patrimonios de la Humanidad desde el año 2003.
Los bailarines cambian en varias ocasiones su vestuario. Del blanco pasan a los trajes de colores vistosos: amarillos, verdes, rojos y azules. Siempre sonrientes, el gusto por su profesión es palpable. No es de extrañar que, en poco tiempo, hayan adquirido prestigio a nivel regional y hayan sido invitados a diferentes eventos nacionales e internacionales, tal y como nos cuenta la fundadora de la Asociación:
La asociación fue creada en el año 2006 y ya en el 2008 participamos en el Carnaval de Niza. Hicimos luego el de 2010 y desde entonces hemos seguido en diferentes eventos de la región: en Menton, Cannes-la Bocca, la fiesta del Jazmín en Grasse, y también en otras ciudades de Francia como Toulouse, La Grande-Motte, Montpellier… A partir de ahí, el grupo se dio a conocer y nos han invitado a diferentes partes del mundo: fuimos a Pekín, Macao, Shanghái…
Con diferentes danzas típicas del carnaval costeño y un aula transformada en pista de baile a rebozar, llegan a su fin los festejos del Carnaval de Barranquilla en esta escuela de Niza. El entusiasmo es máximo. Se oyen aclamaciones de ¡Viva Colombia! Los afortunados que han podido transportarse, por unas horas, a uno de los mejores carnavales del mundo, sin salir de la Costa Azul, no olvidarán esta jornada especial y el descubrimiento fascinante de este evento cultural y folclórico del país colombino.