Alquilar una vivienda en Francia
Conseguir un alquiler en Francia puede ser una tarea complicada,
pero ¡no imposible!
Alquilar un estudio, un piso o una casa en Francia puede resultar algo muy complicado. Las condiciones suelen ser bastante duras y pueden sacar de quicio hasta al ser humano más paciente del mundo. Una vez pisado territorio francés empieza la verdadera carrera hacia un nuevo hogar. El mercado del alquiler se mueve con mucha rapidez y existe una gran competencia. Las mejores viviendas, las más grandes y baratas, vuelan antes de darse cuenta.
Al principio puede que sorprenda el hecho de que alquilen viviendas de 15 m2 por 400 € al mes. Depende mucho de la región -París y la Costa Azul entre las más caras- y si es en una ciudad o en zona rural. El estado de shock dura hasta que el cerebro se acostumbra, suelen pasar meses. El mercado ofrece todo tipo de viviendas, grandes o pequeñas, de estudios a T2, T3, T4… (según el número de piezas), amuebladas o sin amueblar, más caras o más baratas, etc. Pero hay que ser conscientes de que existen muchos, pero muchos, apartamentos de dimensiones reducidas y que no siempre son la peor la opción. Como diría una madre, ¡menos hay que limpiar!
Encontramos muchos factores a tener en cuenta a la hora de alquilar y en este artículo se pondrán las cartas sobre la mesa. Algo muy importante es el idioma, porque los propietarios prefieren alquilar a alguien con el que puedan comunicarse. No es imprescindible hablar francés a la perfección, aunque se debe tener un mínimo de nivel para entenderse sin demasiadas dificultades.
¿Qué documentos se necesitan para alquilar en Francia?
Pero ahora empieza lo bueno, los documentos a entregar para optar a un alquiler. En Francia, se necesitan un sinfín de papeles, justificantes, recibos, seguros, etc. que se deben tener siempre preparados. Incluso muchos particulares y agencias piden un dossier con los documentos bien presentados y ordenados para poder estudiar cada caso exhaustivamente. La competencia es tan alta que la presentación de un buen dossier puede ser clave.
Además del documento de identidad o pasaporte en cuestión, se debe presentar un contrato de trabajo y las tres últimas nóminas. Si dicho contrato es un CDI (Contrato de Duración Indeterminada) se tiene mucho ganado porque en algunos casos puede funcionar como aval. Siempre se tiene que tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, piden que se justifique un sueldo tres veces mayor que el precio del alquiler. Este es un motivo por el que es muy habitual compartir piso en Francia. Los alquileres de habitación son más baratos y se puede asegurar el pago mensual con más facilidad. Valorando el lado positivo, ésta puede ser una buena opción para conocer gente y praticar el idioma.
La exigencia de presentar un aval puede variar según el caso. Normalmente piden un aval que gane el triple que el precio del alquiler. Incluso, si se ponen exquisitos, pueden pedir dos avales. Si pueden asumirlo, deben justificarlo oficialmente ofreciendo los datos pertinentes.
Algunos documentos que suelen pedir, aunque no son los principales, son: el RIB (Relevé d’identité bancaire), que es el documento que incluye la información de la cuenta bancaria, la última declaración de la renta o los tres últimos recibos del alquiler anterior.
¿Dónde buscar piso en Francia?
En busca de la vivienda ideal, pero ¿dónde buscar? Hoy en día hay muchos canales que ofrecen una amplia oferta para alquilar: webs, foros, redes sociales, agencias inmobiliarias, anuncios, el boca a boca, etc. Normalmente en las webs se encuentran pisos de particulares y de agencias. Los alquileres particulares pueden parecer la mejor opción siempre que se cumplan todos los requisitos del propietario, y no son pocos. Pero es cierto que no se correrá con gastos como los honorarios que se deben pagar si se alquila a través de una inmobiliaria. Además, si existen aspectos a negociar será más fácil hacerlo directamente con el propietario que a través de una inmobiliaria.
Las agencias tienen su lado positivo y es que seleccionan las viviendas que se ajustan a las exigencias del inquilino. Ya sea en precio del alquiler, número de habitaciones, metros cuadrados, etc. Se encargan de concertar las visitas a los inmuebles y se ocupan de preparar todos los papeles para formalizar el contrato. El contrapunto ya se sabe, los honorarios que se llevan. Además, existen unos dossiers que elaboran y venden, nada barato por cierto. En ellos, aparece una lista de viviendas y números de teléfono para contactar personalmente con el propietario. Esta opción es abusiva y nada recomendable. El trabajo de la agencia lo tiene que hacer la agencia y nunca el futuro inquilino, para eso se paga bien pagado.
Las redes sociales, foros, anuncios y el boca a boca son muy útiles. Constantemente aparecen publicadas nuevas viviendas en alquiler y hay que ser rápidos. No hay que obviar estas opciones porque no todos los pisos aparecen anunciados en webs o inmobiliarias. Es más, una buena idea es publicar aquello que estás buscando en estos canales. A veces se puede llegar a contactar con personas que conocen a alguien o que disponen de un inmueble.
En las descripciones de los pisos se encontrarán el tipo de inmueble, las dimensiones, el número de habitaciones, los gastos comunitarios (incluidos o no), los gastos colectivos en caso de calefacción y/o agua (incluidos o no), etc. Hay que tener en cuenta toda la información para valorar el precio del alquiler propuesto.
Conseguir tu piso ideal en Francia
Una vez seleccionados los pisos y reunidos todos los documentos necesarios, que pueden variar según el caso, empieza la competición. A la hora de visitar una vivienda la imagen es muy importante. Con una presencia impecable, el dossier de documentos bien presentado y mucha educación ante todo empezará la visita. El propietario lanzará una traca de preguntas y hay que estar preparado para todo. Con suerte todo irá bien y se conseguirá el objetivo. Pero si no es el caso no se debe desistir. Con muchas ganas y mucha paciencia hay que seguir buscando hasta conseguir un alquiler.
Es importante matizar que estas dificultades las encuentran tanto los ciudadanos franceses como los extranjeros. El hecho de ser francés no te libra del papeleo requerido ni de toda la competencia que existe. Aunque el hecho de conocer el sistema de primera mano es un punto a su favor.
(Imagen: Screenpunk en CC)
¿Alguna anécdota para compartir? ¿Alguna duda de los futuros inquilinos?