Entrevista a Rosa Montero: «Puede que sea una suerte que hayan salido de España»
De política, de sociedad, de cultura, de periodismo… Sobre todos estos temas, hablamos con la escritora Rosa Montero, durante las jornadas literarias en Draguignan, en las que España fue la invitada de honor.
Siempre positiva, Rosa Montero, escritora y periodista en el diario El País, nos transmite su visión sobre la realidad en España, un país que está en pleno proceso de cambio social y político. Durante la charla, no podía faltar unas palabras de ánimo para todos aquellos que, durante la crisis, han tenido que salir de su país, para construir un futuro mejor, lejos de la familia y los amigos.
CAD: ¿Qué les diría a todos esos jóvenes que salen, desesperanzados, de sus países para buscar un futuro mejor en el extranjero?
Rosa Montero: La esperanza se lleva en el corazón y se construye. Yo siempre me he considerando una ciudadana del mundo. La vida es una caja de sorpresas y nunca se sabe. La vida es larguísima. Y, en cada vida, vivimos siete vidas. Así que les diría que aprovechen el momento, su juventud. Puede que sea una maravilla. Puede que sea una suerte que hayan salido de España. Simplemente, que intenten vivir la vida más plenamente cada día.
Estas jornadas se titulan «España, una sociedad en mutación». ¿Qué está cambiando?
RM: Hemos vivido esta crisis espantosa -que no es una crisis sólo de España, sino mundial-, de un sistema politico y financiero. Ha empezado en Estados Unidos. Y es una desgracia, porque no creo que se haya aprendido nada. Siguen los mismos prestidigitadores financieros que crearon el crack siendo asesores de Obama. En España ha sido especialmente duro, por el boom del ladrillo. Porque nuestro desarrollo económico real era menor. Y han sido unos han sido seis o siete años brutales, que han dejado heridas irrecuperables en muchas décadas. Creo que ahora todas los indicadores de las señales macro y micro económicas dicen que estamos saliendo. Hay cierta esperanza de que estamos saliendo, y es verdad, pero con unos costes gravísimos. Yo llevo algún trabajo social con familias paradas de larga duración -de 6 y 7 años- y ahora algunas de ellas están encontrando trabajo, pero en una situación paupérrima; con condiciones laborales horribles, ¡casi de esclavos! Las condiciones laborales se han hundido en España, la Sanidad está tocada -esperemos que no de muerte-. La Educación, igual. Es decir, que se está saliendo, pero ¡con qué costes! Estamos saliendo mal, porque no hemos cambiando las situaciones básicas que nos hicieron caer en esta crisis.
¿Hemos aceptado muchas cosas para salir de la crisis?
RM: Sí, hemos aceptados malos trabajos, pero eso no es lo peor. Porque la gente no tiene otro remedio que hacerlo. Hemos aceptado, pero no tan plácidamente: la sociedad civil ha luchado un montón. Contra los desahucios, contra la privatización de los hospitales, en Madrid, por ejemplo. El problema no es que la gente acepte un trabajo de «mierda»; de eso no tienen mas remedio. Porque, si no tienes de qué comer, tienes que trabajar de lo que sea. La culpa no es de ellos, es de la sociedad en su conjunto que tiene que luchar contra esa clase de condiciones.
Yo diría que estamos luchando. O sea, no creo que la sociedad española esté pasiva. Lo que pasa es que es muy difícil. Y luego tenemos una clase política lamentable, traidora, y por la que yo me siento personalmente estafada.
Las revoluciones sociales como las del 15M, ¿han servido para algo?
RM: Sí, claro que sí. Lo que pasa es que todas pasan, cambian, se apagan, pero siempre dejan algo detrás. Por ejemplo, las plataformas antidesahucios, que han hecho un trabajo increíble estos años, vienen del 15M. Y como ellos, más. Osea que hay muchas cosas buenas que vienen de ahí.
Hablaba de una clase política lamentable. ¿Por qué unos políticos que lo hacen tan mal, siguen estando donde están?
RM: Porque no hay alternativas y es muy difícil. La gente no sabe muy bien qué alternativa tomar, ni cómo cambiar eso. Y no solo en España, también en otros países hay una crisis democrática, que es muy peligrosa. Yo pienso que la democracia es el sistema menos malo de gobierno. Hay muchos tipos de democracia, pero ahora mismo gobierna una democracia mas hipócrita. Estamos en un cambio de modelo y saldrá adelante. Nos parece que no se mueven las cosas, pero estoy segura de que sí. Nosotros miramos la Historia desde nuestra óptica, pero nuestra vida es un momento microscópico en el tiempo. Y en ese tiempo, estoy segura de que sí cambia. La sociedad es una estructura viva, que está remodelándose continuamente. Yo creo que, de aquí a treinta años, va a haber una renovación del sistema político. Y, entre otros, vosotros los jóvenes, sois los que lo vais a hacer.
En el contexto político de España, estas últimas semanas, hemos asistido a un acto espantoso. Me refiero al homicidio de la presidenta de la diputación de León, Isabel Carrasco, que ha despertado una violencia verbal sin precedentes contra los políticos, a través de las redes sociales. ¿Qué opina?
RM: Sí, pero eso porque las redes sociales también pueden ser terribles. Yo creo que, efectivamente, estamos en la Edad de Piedra de las redes sociales; en el Salvaje Oeste; en la ley del linchamiento. Y hay que poner orden. Porque si no, salen los gamberros, los descerebrados…y eso, todas las sociedades lo tienen.
Da miedo ver cómo, de los comentarios en las noticias, un 90% son linchamientos, insultos, provocación…
RM: Sí, pero es que, ese 90%, en realidad, son muy pocos. Son un grupo pequeñísimo dentro de la sociedad. A menudo, gente muy joven, desinformada. Una cosa que no debería hacerse es suprimir contenido. Yo no creo que haya que hacer leyes especiales. Lo único es que no deberían admitirse son los comentarios anónimos. Y luego, si un comentario con identificación transgrede alguna de las leyes ya existentes, se hace cumplir y punto. No hace falta crear más.
¿Cree que se van tomar estas acciones como pretexto para crear nuevas leyes de censura en Internet?
RM: Eso es lo que hay que evitar. Porque todas esas leyes «las carga el diablo», por así decirlo. Ya tenemos leyes suficientes. Lo que hay que hacer es impedir los comentarios sin identificación.
De los posibles cambios en las redes sociales, pasamos a la Cultura. ¿Cuál es la situación actual de la Cultura en España?
RM: Pues justamente, como estos políticos son unos marmolillos, unos incultos y en lo único que están interesados en es mantener su parcela de poder, pues, con gran equivocación, están machacando la cultura con tanto recorte, como si la Cultura fuera algo imprescindible.
¿Es algo que se hace a propósito? ¿Interesa que el pueblo esté menos formado?
RM: No, no creo. Lo hacen así, de puro bestia. Porque ahora no es como la época del Imperio ruso, en el que se quería mantener a los siervos analfabetos. Ahora, con internet, todo el mundo se entera de todo.
¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación?
RM: Ha habido un gran error con respecto a los medios de comunicación españoles y es que se han alineado expresamente con los partidos políticos, en los últimos quince años.
Y los periodistas de esos medios, ¿qué tienen que hacer?
RM: Creo que algo siempre puede hacerse, para no caer en ese juego. Yo no voy a condenar a nadie que se pliegue ante el medio, pero creo que, si puedes evitarlo, si eres joven, si no tienes hijos, márchate. Yo no sé la situación de cada cual, pero no te vendas barato.
¿Qué pasa con todos esos despidos de periodistas veteranos, que son reemplazados por «becarios», periodistas en formación y jóvenes, a los que ni se les paga por hacer su trabajo?
RM: Terrible. Es terrible. Es jodido y es una explotación. Ya te digo que hemos perdido muchos derechos sociales, por desgracia.
En la Literatura, ¿cómo ha afectado la Crisis?
RM: Se nota muchísimo, pero no sólo la económica. La literatura tiene varios frentes muy jodidos. Tiene la de crisis económica, que no te permite dar difusión a tus libros, pero también está la crisis del mundo digital y de la piratería. España es uno de los países del mundo con mayor piratería. Por ejemplo, con mi libro de Lágrimas en la Lluvia, cuando salió, en los tres primeros meses, en uno sólo de los portales donde se descargan ilegalmente (digo «en uno sólo», porque hay cien), habían descargado 4600 libros míos. Además, fíjate que, en otra época, para estar en puestos de «super ventas» tenía que vender unos 250-300 mil libros. Ahora, con 48.000 vendidos ya es un super ventas. O sea, se vende la quinta, la sexta parte. Y claro, están quebrando las empresas, se están cerrando las editoriales, se han reducido las ediciones que se sacan al año…
¿Hay una presión comercial sobre los autores?
RM: Sí, claro, evidentemente. Lo que hay es que no te contratan. Yo tengo la suerte que sí, que aún estoy vendiendo. Pero montones de escritores, que son buenísimos, no venden lo suficiente, sus editoriales están al borde del crack. Es un problema grave, que no se en dónde va a terminar.
Las nuevas tecnologías tienen ese lado negativo, pero también tienen cosas buenas…
RM: Sí, tienen un montones de cosas positivas. A parte de que yo soy super tecnológica. También eso es una travesía que se terminará solucionando. De aquí a no mas de 20 años se llegara a un acuerdo entre todas las partes implicadas, para que todos salgamos bien. Porque si no, de seguir así, en 30 años, no habrá músicos, no va a haber escritores… y como la sociedad necesita todo eso, pues se va a llegar a un acuerdo.
Le vemos muy activa en las redes sociales…
RM: Las redes sociales es otra cosa buena que tienen las tecnologías. Me ocupo personalmente de los perfiles y me lleva muchísimo tiempo. Me gusta Facebook, tengo Twitter, pero no me gusta. Me paso dos o tres horas diarias en las redes. Y aprendo mucho, porque los seguidores me mandan cosas interesantísimas…